La compra de una vivienda suele llevar aparejada la contratación de un seguro. De hecho, la mayoría de entidades bancarias exigen la contratación de un seguro a la hora de conceder un crédito hipotecario.
Por definición, un seguro es un contrato entre un asegurador y un asegurado; el asegurador se obliga a pagar al asegurado a cambio de una prima, una cantidad determinada en el caso de que se produzca un riesgo o un acontecimiento incierto.
Un contrato de seguros siempre tiene que formalizarse por escrito. El asegurador está obligado a entregar la póliza al asegurado, que es un documento donde obligatoriamente se deben identificar el asegurador, el asegurado, el agente de seguros y el concepto por el cual se asegura.
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